El problema es que la mente nos hermana,
nos amarra, nos ata a aquello que decimos,
pensamos o expresamos.
Ahí afuera, donde esta el mundo,
donde esta el otro:
el ser amado, el conquistado, el liberado, el traicionado...
El problema es que la mente vive y se desase comprometida con la obra.
Atando y desatando con las cuerdas firmes de la química,
elaborando conceptos que en algún momento
se verán reflejados en las paredes de la memoria. Y ahí habitan...
Elegante señora, pero aunque olvidadiza, honesta y sincera
y pocas veces traicionera.
Más siempre se acuerda y se encarga de acordarme que debo recordarla para no olvidarme.
Como una guitarra que atrae en sus cuerdas notas constructivas de hermosas melodías acentuando el ritmo para ser tocadas por el más contento de los músicos, como la lira Socrática,
como la copa de vino, la mente se fuga hermosa y creativa,
constructiva y dispuesta, como el ave fénix nace y renace en el fuego de las almas siempre vivas…para comenzar un nuevo día. Para el pensador la mente no es un problema, aunque en alguna época, algunos hombres quisieron llamarla… problema…para el pensador esta en la solución a su vida...
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